martes, 15 de julio de 2008

Toda Riverol, a.k.a. La chica del siglo pasado

Nació en la Ciudad de México en una casona con puertas que a veces conducen a Otras Partes y un pozo alimentado por la orilla brumosa del Río Verde. Aventajó a las niñas del internado en dibujo, composición, y armonía textil. A los nueve años se enamoró sin remedio de un joven de clase noble, actor y alcohólico. La relación nunca se consumó: él era y siempre sería una caricatura. Buscó consuelo en un héroe de mediana fama, piloto de robots indestructibles, pero él seguía demasiado involucrado con su noviazgo anterior, aún transmitido por T.V. Desde entonces se dejó de babosadas y dedicó su vida a la caligrafía, la lectura de ciencia ficción y la elaboración de pasteles de queso. Perfeccionó, poco a poco, el arte de las pociones, los filtros, las libaciones (eso que hace Harry Potter es poco), especialmente aquellas que curan el mal de amores. Pero por hacerlo no cobra. Cobra por la publicación de sus grotestos relatos eróticos, firmados por La chica del siglo pasado. Antes de los treinta, descubrió accidentalmente cómo podía ser dueña del tiempo mientras abrochaba al revés los botones de aquel suéter que conservaba el olor de su abuelita. Ha visitado ciudades, imperios y poblados justo en los días de esplendor, conoció a su familia más añeja rescatándola del olvido; y se las arregla para no faltar nunca a los cumpleaños de sus sobrinos. Una y otra vez corre al 2016 para salvar a sus padres de un torpe incidente doméstico. Disfruta las sábanas tendidas al sol, los fuertes vientos, el gusto de los labios cerca del mar; dedica el tiempo libre a conversar con su joven abuela y caminar en compañía de su Doble. Ha escogido una muerte espectacular, que sucederá la tarde del 9 de enero de 1900 en cierto parque de arquitectura modernista.

1 comentario:

pensamientovisible dijo...

Me encantan las sábanas tendidas al sol!!!!!!!!!!!!!!! Y el gusto del mar y el pastel de queso y... y... el parque modernista es el escenario perfecto para la muerte perfecta. Diohmíoooooooooo pero qué chica tan compleja y tan interesante. El amorshshshshs, qué es el amorshshshsh de un hombre... que alguien me lo explique.