martes, 12 de agosto de 2008

Verano

Tiempo. Tiempo. Tiempo. Mi tiempo es el pasado. Mi tiempo es la nostalgia. Nostalgia por aquel vestido amarillo de flamenco que bordaste con tus palabras. Nostalgia por la cabra que te dio de comer en el pasillo de una casa que para mí es como la de los Buendía. Por las calles de Mixcoac y de San Pedro de los Pinos que las vieron en uniforme de escuela. Por los recovecos de la Embajada Rusa que era la casa de tu amiga, y por tu historia de amor cantada al oído en la humedad de Veracruz. Por el tranvía y el peso de laca que comprabas haciendo ascos, tu patín del diablo y tus borreguitos de leche michoacana. Por los rizos negros, los guantes y los sombreros. Mi tiempo es el pasado en el que caminas del brazo de tu cuñada en una foto en Eje Central. Mi tiempo es tu pasado con mantillas y diez hijos. Mi tiempo son tus tardeadas bailando Creedence. Eres tú construyendo la escuela del pueblo. Mi tiempo se adorna con rizadores que se calientan en la estufa, y se alimenta con recetarios escritos a mano. Se solaza en telas imposiblemente bellas y en fotografías de mujeres de ojos limpios y cabellos suaves. Mi tiempo son sus tiempos. Sus ayeres me construyen. Sus ayeres son mi hoy, pues me toca guardar sus historias para que no se las lleve el mismo tiempo que las fue tejiendo.



PD: El verano se disculpa con las fuerzas del orden por haber bloqueado el flujo creativo del colectivo. Y porque su hilván no tiene nada que ver con el del resto de las estaciones.

2 comentarios:

pensamientovisible dijo...

En las partituras de Tchaikovski, el más cursi y genial compositor ruso de la historia, si uno escucha sólo a la flauta transversa uno pensaría qué carajos es esto. Y luego suena la danza de la nieve del Cascanueces y uno entiende porque la belleza sinfónica sólo brilla en conjunto. Mi comandante, el único bloqueo que podría desentonarnos es la indiferencia. Poesía es acción. La queremos y la extrañamos.

COLECTIVO CURSI dijo...

Es precioso, además. Y ahí están nuestras madres y abuelas, ¿qué seríamos sin "su bendición"?

Qué contenta estoy al leer nuestra partitura completa.

Atentamente,

El invierno.